La Gran Comisión es nuestro mandato.
Base Bíblica:
Jeremías
33.3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y
ocultas que tú no conoces.
Introducción: La oración es
posible porque el Señor Jesucristo quito toda barrera entre Dios y
nosotros al pagar por nuestros pecados en la cruz.
Al recibirle como nuestro Salvador y Señor, Dios nos dio vida nueva, y
nos reconcilió con El y nos adopto como hijos suyos. Y uno de los
primeros privilegios cómo sus hijos es llegar a su presencia mediante la
oración. Si has nacido de nuevo por la fe en Cristo, entonces ya eres un
hijo de Dios, y por lo tanto es tuyo uno de los privilegios más grandes
que un hombre puede tener: ORAR, es decir, hablar, conversar con tu
Padre celestial, y conversar en forma personal con el Dios Creador de
todo el Universo.
La oración es el medio que Dios te ha dado para
comunicarte con El. Hablar con Dios debe ser para ti tan sencillo cómo
conversar con un amigo; y mientras más ores, tu relación con El será más
Intima y real.
Ten en cuenta esto cuando ores: El esta contigo
personalmente. No solo te escucha desde el cielo, sino que esta
presente. En la medida en que llegues a comprender esto, tu oración será
más viva y eficaz. Leemos en
Hebreos 11:6: "Pero sin fe es imposible
agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que
le hay, y que es galardonador de los que le buscan". Este es un
principio fundamental de la vida cristiana. Por eso es importante que
hagas de la oración una disciplina, porque Satanás hará todo lo posible
para impedir tu avance espiritual, y con seguridad atacara tu vida de
oración.
El Señor Jesucristo nos dio el mejor ejemplo, porque
aunque era el Hijo de Dios, paso mucho tiempo orando, y muchas veces
durante toda la noche. Los apóstoles también pasaron mucho tiempo en
oración. Ese fue el secreto del poder y la autoridad con que predicaron
el evangelio y conmovieron así al Imperio Romano desde sus cimientos.
Mandatos y promesas de la oración
1.
Jeremías 33:3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas
grandes y ocultas que tú no conoces.
2.
Mateo 11:28 Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
3.
Lucas 11:9-10
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os
abrirá.
10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca,
halla; y al que llama, se le abrirá.
4.
Juan 16:24 Hasta ahora
nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro
gozo sea cumplido.
Conclusión: La Palabra de Dios es para nuestra vida espiritual cómo el alimento para nuestro cuerpo físico. De igual manera la oración es para nuestro espíritu cómo el aire que respiramos es para nuestro cuerpo. Ambos son indispensables para una vida espiritual sana.
.
.