La Gran Comisión es nuestro mandato.
Base Bíblica: Dios es Espíritu; y los que
le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (Juan
4:24)
La adoración es central a nuestra fe en Cristo. La
adoración es mucho más que un acto del domingo por la mañana, debe ser
un estilo de vida. La verdadera adoración se revela toda la semana,
dando forma a nuestra estilo de vida: amando a los difíciles de amar,
practicando fidelidad, y muchas otras acciones y actitudes íntegras. El
cristiano que procura adorar a un Dios santo perseguirá una forma de
vida santa como derivado natural. En el acto de la adoración nos
reunimos para honrar y reverenciar a Cristo a través de ciertos patrones
y tradiciones. La adoración es cuestión de actitud. La adoración es
también física. Hay ocasiones apropiadas para cantar, postrarse,
arrodillarse, estar de pie, aplaudir, gritar, o simplemente celebrar. El
Salmo 100:1–5 provee la clave para practicar la alabanza dinámica en la
presencia de Dios.
Construyamos un altar
1)
En tiempos bíblicos, se seleccionaba un lugar apropiado y se limpiaba la
maleza. De la misma manera, al prepararnos para la adoración eficaz,
primero tenemos que limpiar cualquier obstáculo para la adoración.
2) Los profetas colocaban las piedras en una secuencia y orden
lógicos. Esto significa que definimos nuestra adoración:
• La
adoración es un acto y un proceso. (Salmo 113:3)
• El enfoque de
la adoración es Jesucristo: Su vida, muerte y resurrección (Romanos 6:4)
• El objetivo de la adoración es llegar a estar centrados totalmente
en el Señor.
• El proceso de la adoración tiene que ver con el
discipulado diario.
• Debemos desarrollar un estilo de vida de
adoración (es decir, toda la semana), no ser solo «adoradores
domingueros».
3) En el Antiguo Testamento los adoradores usaban
un animal perfecto en todo aspecto. Debido a que el código del Antiguo
Testamento era muy específico, preparaban el sacrificio exactamente de
acuerdo a las regulaciones. De manera análoga, esto podría referirse a
nuestra obediencia a los mandamientos bíblicos en cuanto a la adoración.
La adoración a un Dios santo debe hacerse según los mandatos bíblicos.
Por último, se ofrecía el sacrificio. Y así hoy ofrecemos el
sacrificio de alabanza, el cual tiene ciertamente características
identificables. Estas juntas «construyen un altar»:
• La
adoración exclusiva a Dios (Éxodo 20:3–5)
• El amor a Dios con
todo el corazón (Deuteronomio 6:4–9)
• Una dependencia del
Espíritu Santo (Filipenses 3:3; Juan 4:24)
• Un enfoque a la
alabanza gloriosa (Salmo 66:1–4)
• Un equilibrio entre la
seriedad y el entusiasmo (1 Crónicas 13:6–12)
• Evitar el pecado
(Jeremías 7:8–16)
• Una concentración en la unidad y el orden
(1 Corintios 14:26-40)
Conclusión: en esencia la ADORACION
es el cumplimiento del primer y mas grande mandamiento: “Amaras al Señor
tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus
fuerzas, y con toda tu mente”. (Marcos 12:30)
.
.