La Gran Comisión es nuestro mandato.
Introducción: profundizar en la
palabra de dios y aplicar sus verdades a nuestra vida requiere trabajo.
El propósito final de la Biblia no es informarnos, sino transformarnos.
Dios no quiere que seamos sólo oyentes de la Palabra, Él quiere que
seamos hacedores de la Palabra—vivir el Evangelio—compartiendo las
buenas nuevas de Jesucristo, no sólo con nuestras palabras, sino también
con nuestras vidas. El verdadero problema para la mayoría de nosotros,
no son los versículos difíciles de interpretar, sino obedecer los
versículos que entendemos.
Profundizar en la palabra de dios es un proceso de tres partes y
seis métodos:
A. Observación: Nos preguntamos “¿Qué dice?”,
1. Escuchándola (Lucas 8:15; Romanos 10:17)
2. Leyéndola
(Deuteronomio 17:19)
B. Interpretación: Nos Preguntamos “¿Qué
significa?”
3. Estudiándola (2 Timoteo 3:14-17)
C.
Aplicación a mi vida: Nos Preguntamos “¿Qué significa para mí y como
puedo ponerla en practica?”
4. Memorizándola (Deuteronomio 6:6-9)
5. Meditando en ella (Salmos 1:2-3; Josué 1:8)
6. Creyendo en
ella (Marcos 1:15)
Recuerda que después de 24 horas, tú podrás
recordar: 5% de lo que has escuchado; 15% de lo que has leído; 35% de lo
que has estudiado; 100% de lo que has memorizado
Ten muy en
cuenta lo que Dios te exhorta en
Santiago 1:21-25. La obediencia es
fundamental para que la Palabra siga siendo "viva y eficaz" en tu vida,
porque de esa forma el Espíritu Santo te seguirá dirigiendo por medio de
ella, y cada día la amaras mas y disfrutaras mas de ella.
Al
meditar con fe en la Palabra, el Espíritu Santo podrá aplicarla con más
eficacia a tu vida, y producirá resultados profundos y duraderos en ti.
Puedes resumir el método de estudio bíblico devocional con los
siguientes versículos:
“Recita siempre el libro de la ley y
medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él
está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.”
Josué 1:8(NVI)
¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella.
Salmo 119:97(NVI)
En toda la noche no pego los ojos, para meditar en tu promesa.
Salmo
119:148(NVI)
Conclusión: La meditación bíblica es esencialmente
digestión mental. La meditación de la Escritura es la lectura de un
pasaje una y otra vez, y luego pensar en ello y concentrarse en ello de
diferentes maneras hasta que hayas digerido su significado.
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